El movimiento manipulador del 3D
El movimiento manipulador del 3D
Es difícil confiar en un gobierno que ha demostrado constantemente su falta de honestidad y respeto hacia los ciudadanos. Un gobierno que nos trata como si fuéramos ignorantes y no supiéramos lo que realmente pasa en el país. Un gobierno que nos miente, nos manipula y nos engaña para mantenerse en el poder y defender sus intereses. ¿Cómo podemos creer en sus promesas, en sus planes, en sus proyectos, cuando sabemos que solo buscan beneficiarse a sí mismos y a sus aliados? ¿Cómo podemos esperar que nos representen, que nos protejan, que nos garanticen nuestros derechos, cuando vemos que violan la constitución, la ley y la democracia? ¿Cómo podemos tener fe en un gobierno que siempre ha actuado de mala fe y nos subestima?
La credibilidad y la confianza de este gobierno se ha erosionado
gravemente ante la opinión pública nacional. Los ciudadanos han perdido la
esperanza de que este gobierno pueda resolver los graves problemas que aquejan
al país, como la crisis económica, la escasez de servicios de salud, el alto
costo de los insumos básicos, la inflación que nos destruye, la violencia
social a través de unos salarios y pensiones paupérrimas y la corrupción. La
burla constante, la falta de transparencia, de rendición de cuentas y de falso
diálogo con la sociedad civil ha generado un profundo descontento y desilusión
en la población, que se siente ignorada y traicionada por este régimen.
Mi apreciación personal es que es una conducta muy ingenua, errónea y deshonesta la que esboza el razonamiento político, que si no se apoya el mamotreto electoral de Maduro es debido a que no se quiere colaborar con el amor a la nación, a causa de que no se quiere preservar el Esequibo, o que no se respalda la democracia. Este referéndum sobre el esequibo no es más que una “una evidente maniobra de distracción” como han señalado algunos expertos y su verdadero objetivo es "despistar la opinión pública" con relación a las elecciones, en particular, las primarias de la oposición del 22-10 y el trato en curso por más condiciones favorables para unas elecciones presidenciales limpias y justas.
Es importante entender que más allá de la lectura analítica y
profunda de lo ocurrido el 22-10, donde; independientemente quien haya sido el
protagonista del evento, la gran verdad o realidad presente es que la
ciudadanía simplemente demostró su necesidad y su deseo de participar en lo que
será una derrota indiscutible y un freno instantáneo a su cansancio y hastío de
seguir viviendo mal y engañado. Por tanto, el tema del Esequibo es un tema
histórico y complejo que requiere una solución pacífica y diplomática, no una
consulta popular que solo busca fines electorales. Este referéndum es absurdo,
controlador e irrespetuoso con el pueblo venezolano y con la comunidad
internacional.
No podemos tolerar que se nos trate con desprecio y se nos ridiculice por tener una opinión diferente sobre un asunto tan importante. Creemos que tenemos el derecho y el deber de cuestionar los argumentos y las evidencias que se nos presentan. No somos ingenuos ni ignorantes, sino ciudadanos responsables y conscientes que buscamos la verdad y la justicia. Por eso, exigimos respeto y reconocimiento por parte de quienes pretenden aferrarse al poder a pesar del nefasto accionar durante estas décadas.
Las acciones detestables de este gobierno hacia su gente y en
general al país, ha generado un profundo cansancio social que se extiende por
más de dos décadas. La ciudadanía, que ha sufrido las consecuencias de la
corrupción, la violencia y la desigualdad, ha despertado y le toca exigir sus derechos. Es necesario un cambio “justo y necesario” que transforme las
estructuras de poder y garantice una vida digna para todos y todas. El futuro
dependerá de esa participación activa y consciente de la sociedad civil, ya
activadas el 22-10.
Los venezolanos no nos rendiremos ante este gobierno nefasto que
nos subestima y veja desde hace años. A pesar de las amenazas, las trampas y
las violaciones a los derechos humanos, seguiremos organizándonos y luchando
por la libertad y la democracia. Por eso, indiferentemente del resultado del 3
de diciembre, los ciudadanos venezolanos saldremos a votar en el 2024 o cuando
se nos permita nuestro derecho inalienable al voto en contra de este régimen.
No hay miedo ni resignación, solo esperanza y determinación.
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