Que no nos "ruchen" las metras
Miembro de la Red de Lideres Comunitarios
El momento político
venezolano hoy necesita más que una alianza, requiere de un ejercicio político
sin precedentes, requiere de una madurez precisa, analítica y hábil, madurez
sin embargo que ha estado muy distante durante estos últimos veinticinco años
en nuestros liderazgos. Ya con una jugada cantada y por las ramas por parte del
gobierno y con una fecha electoral adelantada, nos queda solamente tener el
tino y el momentum político para poder derrotar este gobierno, un
gobierno que ni con discursos populistas, ni con fechas icónicas
revolucionarias, ni con ningún argumento tiene algo que ofrecerle a la gente. Su
indiscutible negligencia, su imprecisión, su falta de sensatez, la inefectiva organización
en los asuntos públicos y la gerencia de los servicios públicos, sumado a la pasión
y el deseo irresistible de cambio en nuestros ciudadanos – más del ochenta y
cinco por ciento – son variables firmes para que se dé la salida.
Ante esto debemos entender, que esto es lo que hay, como reza el dicho muy nuestro. Es la hora del liderazgo, es la hora de ver como hacemos para que no nos ruchen las metras, es la hora, no de una “alianza” odiosa y mal intencionada, no, es la hora de ponernos de acuerdo para proteger nuestro tesoro, el perol de metras en esta realidad es Venezuela, su democracia y su futuro. Es el momento de la responsabilidad irrestricta, esa que pueda permitir ponernos de acuerdo, así como los muchachos del callejón lo hacían para defenderse de los “pegones” los autoritarios, los ineficientes.
La situación
actual nos presenta enormes desafíos y requiere líderes que puedan desarrollar
estrategias actuales efectivas. Sin embargo, muchos de nosotros sentimos una
incertidumbre legítima sobre cómo lograr este objetivo. Quienes hemos estado y
trabajado en este campo hemos observado con tristeza que nuestros líderes no
están logrando los resultados esperados. Muchos están inmersos en prácticas
políticas anticuadas y vemos cómo dominan sus sueños personales y lejanos.
Basta ver que el liderazgo de los partidos de oposición, tanto internamente
como a niveles estructurales de base, está motivado por una fuerte atracción
por futuras nominaciones que ni siquiera sabemos cómo serán concebidas si no
abordamos las cuestiones inmediatas. Desde allí vale la pena preguntarnos si
lograremos el consenso necesario.
Ha habido varias crisis internas, y cuando analizamos las estrategias de las nuevas formas de organización y de campaña, encontramos que cuando se alejan del partido, su orientación parece más aceptable, lo que simplemente refleja la gran aversión que la gente tiene por los partidos políticos. Este mensaje explicito de manera harta y amplia no es aceptado por los que rigen las direcciones parroquiales y estructurales dentro de los partidos y pareciera que no es visible, no es claro el momento que se vive.
Y es que resulta paradójico que haya personas que se aferran a una visión dogmática de la política, sin aceptar el diálogo ni el debate. Estas personas dogmáticas frenan en el avance y evolución del pensamiento político, pues impiden que se generen nuevas propuestas y alternativas para soluciones dentro de la organización y que permeen hacia la comunidad. Además, cuando vemos como se niegan a reconocer la legitimidad de otras perspectivas, fomentan la intolerancia y el conflicto, en lugar de la convivencia y la cooperación. Por eso, es necesario que superemos el dogmatismo político desde las bases, desde la parroquia, y que promovamos la cultura de la deliberación, lo novedoso y el consenso, donde se respeten las diferencias y se busquen los puntos en común, solo así podremos tener organizaciones políticas sólidas, firmes y distintas, que fortalezcan la democracia y puedan ser bastiones importantes para que no nos sigan “ruchando” las metras.
Ante esta
queja publica y constante, es vital que los liderazgos ya establecidos
comprendan que se deben organizar para asumir esta tarea, se deben hacer de
personas capaces, con experiencia en organización y varias áreas. Si bien la trayectoria
política es válida, también es cierto que la trayectoria viene con un gran cumulo
de taras personales bastantes florecientes en nuestra clase política venezolana,
estas deformaciones lamentablemente dañan y hacen que nuestros lideres se
vuelvan peor o casi igual a las estructuras que nos gobiernan de manera nefasta
hoy por hoy.
Sería oportuno el momento para ver a todos metidos en el callejón, juntos enfocados en defender nuestro tesoro, nuestro país, nuestra democracia y nuestro futuro.
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